Un movimiento que acaba de ‚instalarse’ y que estamos a favor de que se quede para siempre: la positividad corporal. En las redes sociales por fin podemos ver fotos más auténticas y reales de cuerpos femeninos y masculinos con hashtags adjuntos como #selflove #bodypositivity y #stopbodyshaming. La pregunta central es: ¿cómo me siento a gusto con mi cuerpo? Una guía hacia tu ideal individual.

Primer paso: Averigüemos de dónde vienen estos estándares tan poco realistas. Está demostrado que las modelos de moda y fitness que aparecen en anuncios de televisión, revistas o redes sociales influyen enormemente en la forma en que medimos la belleza y el físico. el llamado ‘cuerpo perfecto’. Con ese marco, mirarte a ti mismo centrándose en tus supuestos defectos puede hacer mucho daño. Las imágenes importan. Puedes tener la sensación de que no eres lo suficientemente bueno: esto es vergüenza corporal.

Solución: Sepa que comparar a una ‘modelo superestrella entre un millón’ con su cuerpo no sólo no es realista, sino que es injusto con lo que usted hace cada día. Si te recuerdas a ti mismo el hecho de que a estas personas se les paga por entrenamientos diarios y tratamientos cosméticos diarios, parece mucho más fácil date algo de crédito cuando consigues ir al gimnasio una o dos veces por semana, ¡incluso después de tu trabajo habitual!

Segundo paso: ¿Cómo ves el cuerpo de tus amigas? Cuando se quejan de su ’cuerpo de posparto‚ (¿podemos eliminar este término de nuestro vocabulario?) o de cómo fracasan en su dieta de adelgazamiento, ¿no te gustaría que se quisieran y apreciaran como tú las quieres y aprecias? ¿Por qué sólo ves lo bien que están tus amigos y no te das cuenta de lo bien que están tus amigas? ¿te das cuenta de tus propios méritos?

Solución: Intenta regalarte al menos algunas de las palabras gratificantes y edificantes que continuamente dedicas a tus seres queridos. El amor propio es la clave y aunque no existe un „Cómo quererse a uno mismo en 5 pasos“ de aplicación universal que funcione para todo el mundo: Intenta averiguar qué es lo que tus amigos aprecian de ti. Siguiente paso: esfuérzate por nombrar una parte del cuerpo que te guste de ti, puede ser cualquier cosa: tus manos, tus hombros, tu pelo. Concéntrate en esa parte concreta más a menudo.

Paso 3: Tanto si tienes hijos como si aún no los tienes, piensa en lo que se siente cuando tus propios hijos odian su cuerpo... Ay. Cuando son pequeños, los niños observan y comparan mucho su cuerpo. Son un cebo fácil para enfermedades como trastornos alimentarios o depresión. Las personas afectadas sufren a veces consecuencias para toda la vida.

Solución: No seas tan duro contigo mismo. Puede que seas fácilmente la única persona que ve tus ‚defectos’ supuestamente más prominentes e incluso si no lo eres: no cambian el precioso ser humano que eres. Simplemente no lo hacen.

 

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