Cambiar la composición corporal es mucho más que contar calorías y hacer ejercicio cardiovascular. A menudo, las personas cometen el error de centrarse tanto en estos dos factores que pasan por alto el profundo impacto que el estrés tiene en el cuerpo humano. Si bien es cierto que no se puede “compensar” una mala alimentación con el ejercicio, es casi imposible perder grasa corporal y mantener la masa muscular si se está en un estado de estrés.

El problema con la sociedad mayoritaria es que queremos entender el estrés de una manera que nos permita asumir más, con el objetivo de gestionarlo en lugar de reducirlo. Felicitamos y convertimos en héroes a aquellos que pueden quemarse las pestañas sin derrumbarse. Pero el agotamiento es inevitable. Y aunque podamos mostrar una apariencia tranquila, nuestro estado interior nunca miente.

El estrés físico y emocional se manifiestan internamente de la misma manera: ambos liberan hormonas, adrenalina y cortisol, en el torrente sanguíneo. Esta combinación de hormonas ha sido vital para la supervivencia humana desde los tiempos de las cavernas., desencadenando la respuesta de “huida o lucha” lo que nos ayuda a reaccionar rápidamente y pensar con claridad cuando estamos en peligro. El problema es que el cuerpo no puede distinguir entre ser perseguido por un tigre dientes de sable y tener una bandeja de entrada repleta de correos electrónicos, la respuesta al estrés es la misma. En cualquiera de las dos situaciones, la adrenalina aumenta la frecuencia cardíaca, eleva la presión arterial y aumenta el suministro de energía, mientras que el cortisol, la principal hormona del estrés, aumenta los niveles de azúcar en sangre y el suministro de glucosa al cerebro.

Aunque puede tratarse de una respuesta aguda que salva vidas, los niveles elevados de adrenalina y cortisol a lo largo del tiempo provocan estrés crónico lo que se ha convertido en un grave problema de salud en la cultura occidental. En una cultura en la que se enseña a gestionar el estrés en lugar de reducirlo, las personas suelen pasar por alto el estrés como factor que contribuye a su salud. Las dietas bajas en calorías, los suplementos excesivos y las dietas detox parecen aplicarse antes de abordar el verdadero problema del estrés crónico y la consiguiente falta de sueño.

Entonces, ¿cómo afecta el estrés a la composición corporal?

Si eres una persona comprometida con cambiar tu composición corporal, los estudios demuestran que, aunque comas bien y hagas ejercicio con regularidad, el estrés crónico elevado puede impedir la pérdida de grasa y el aumento de masa muscular. Esto se debe a:

1. Hormonas

El cuerpo humano bloquea las reservas de grasa cuando hay hormonas del estrés en el torrente sanguíneo. Se trata de una reacción de supervivencia ancestral y el principal mecanismo que inhibe la pérdida de grasa.

2. Dormir mal

Se ha demostrado que el estrés mantiene despierta por la noche al 40% de la población estadounidense y, de hecho, la preocupación se ha identificado como la principal causa del insomnio. Esto afecta a la pérdida de peso de dos maneras. En primer lugar, la falta de sueño suele llevar al consumo de cafeína o alcohol para sentirse mejor, lo que agrava aún más el ciclo y provoca picos y bajones extremos de energía. En segundo lugar, la falta de sueño afecta a la regulación de las hormonas grelina y leptina, que controlan el apetito. ¿Sabes cuando estás cansado, tienes hambre, pero nada parece satisfacer tus antojos? Tu cuerpo necesita una buena noche de sueño.

3. Antojos

Cuando estamos estresados, anhelamos alimentos que nos den energía por razones biológicas y psicológicas. Los alimentos azucarados nos proporcionan una dosis rápida de carbohidratos que liberan serotonina, la hormona del bienestar. Los alimentos ricos en grasas y azúcares proporcionan un aumento de energía y pueden tener un efecto calmante temporal.

¿Las buenas noticias? Modificar el estrés tendrá un profundo impacto en tu salud. El único inconveniente es que requiere cierta reflexión y análisis crítico de tu vida. A menudo, son pequeños cambios los que marcan una gran diferencia en tus niveles generales de estrés.

Prueba estas 5 estrategias para reducir el estrés hoy mismo:

1. 1. Meditación – Se ha demostrado que tan solo 10 minutos al día ayudan a controlar el estrés, reducir la ansiedad y mejorar la salud cardiovascular y las relaciones.
   2. Ponte en contacto – Hablar con amigos, familiares o profesionales de la salud es útil para superar situaciones estresantes.
   3. Priorizar – Reduce tu carga. Decir ‘no’ a eventos, trabajo extra o actividades adicionales es muy poderoso. Dedica tiempo a hacer aquellas cosas que te ilusionan y elimina las actividades que te ‘roban’ energía.
   4. Desenchufar – Designa un día a la semana para desconectarte por completo de la tecnología.
   5. Sintoniza – Escucha a tu cuerpo y toma medidas preventivas antes de llegar al agotamiento.

Si sacas alguna conclusión de esto, simplemente entiende que el estrés no es algo que puedas ocultar sin pagar el precio más adelante. ¿Quieres reducir la grasa? Entonces es hora de escucha a tu cuerpo. Aprovecha al máximo tu alimentación saludable y tu entrenamiento físico reduciendo primero el estrés crónico y centrándote en dormir bien: estos sencillos cambios no solo te ayudarán a cambiar tu composición corporal, sino que también tendrán un profundo efecto dominó en tu salud a largo plazo.

 

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