Es fácil dejarse llevar por la búsqueda de la felicidad, como si fuera algo que se gana o se compra. Pero sentar las bases para convertirse en una persona más feliz es un trabajo interior. La felicidad consiste en sentir alegría, satisfacción y plenitud. Muchos estudios han demostrado que aumenta la función inmunológica, reduce las enfermedades cardíacas, disminuye la presión arterial, promueve un sueño de calidad, ayuda a mantener un peso corporal saludable y, como es lógico, mejora la calidad de vida. Si quieres ser más feliz, deja de lado lo superficial y céntrate en lo básico.
 
Prueba estos 5 sencillos cambios para construir una versión más feliz de ti mismo:

1. Empieza por el sueño.
Dedicar tiempo a dormir bien es la base para una vida más feliz. Dormir más de 7 horas de sueño de calidad es muy importante para mejorar la salud mental. y ha sido calificado como lo más eficaz que podemos hacer para restablecer el cerebro y el cuerpo cada día. Incluso una sola noche de sueño de mala calidad puede provocar un aumento de la reactividad al estrés, cambios de humor, deterioro de la función cognitiva, mala memoria y reducción de la calidad de vida. Hazte un favor y da prioridad al sueño.

 
2. Añade la atención plena diaria.
Dividamos esto en dos secciones:

• Se ha demostrado que la meditación aumenta la felicidad al reducir el estrés, la ansiedad y la depresión, y mejorar la calidad del sueño y la autoestima, con tan solo 2 minutos al día. Si no sabes por dónde empezar, prueba a utilizar una aplicación como Headspace o Calm, que te guiará a través de sesiones diarias y te ayudará a mantener la constancia.
• Se ha demostrado que practicar la gratitud a diario aumenta las emociones positivas y reduce los sentimientos de envidia, resentimiento y arrepentimiento. Se ha descubierto que esta práctica de mindfulness ayuda a construir relaciones sólidas, mejora la calidad del sueño y el optimismo, reduce el estrés y desarrolla la resiliencia. Empieza un diario de gratitud escribiendo al final de cada día cinco cosas concretas por las que te sientes agradecido. Recuerda que ningún aspecto de la vida es demasiado pequeño para la gratitud y que cuanto más lo practiques, más fácil te resultará.

 
 3. Haga ejercicio con regularidad.
No es ningún secreto que el ejercicio puede proporcionarte esa maravillosa sensación de euforia después del entrenamiento. Los estudios han demostrado que incluso 10 minutos de ejercicio una o dos veces por semana mejoran el estado de ánimo. más movimiento suele conducir a una mayor felicidad. Hay dos elementos principales en juego aquí:

• El ejercicio provoca la liberación de endorfinas, la hormona natural del bienestar de nuestro cuerpo, que aumenta la sensación de relajación, felicidad, confianza y capacidad, al tiempo que reduce la ansiedad, el estrés, la depresión e incluso el dolor físico.
• El ejercicio está asociado con elementos ambientales positivos que ayudan a aumentar la felicidad y reducir el estrés, la depresión y la ansiedad. Hacer ejercicio con otras personas, por ejemplo, te hace sentir más conectado, apoyado y motivado, y crea un sentido de pertenencia. Hacer ejercicio al aire libre amplifica este impacto positivo a través de la conexión con la naturaleza, y entrenar para alcanzar una meta desafiante puede generar confianza, empoderamiento y seguridad en uno mismo.

También se ha demostrado que el ejercicio regular mejora la calidad de vida, aumenta la energía, mejora el sueño y fortalece el sistema inmunológico, factores que contribuyen a una vida más feliz.

 
4. Pasa tiempo en la naturaleza.
La Asociación Americana de Salud Pública descubrió que estar en contacto con la naturaleza es suficiente para aumentar significativamente la relajación y reducir la sensación de estrés y ansiedad. Se ha demostrado que pasar tan solo 90 minutos caminando en la naturaleza ayuda a combatir la depresión, reduce los pensamientos negativos repetitivos y mejora la salud mental en general. Como ventaja adicional, los estudios demuestran que las personas que pasan tiempo en la naturaleza tienden a ser más amables con los demás y con el medio ambiente.

 
5. Conecta.
Los seres humanos son criaturas sociales. Incluso las personas más introvertidas se benefician de una dosis diaria de interacción social. Y aunque las relaciones significativas con amigos, pareja o familiares son muy importantes, no hay que subestimar el poder de las pequeñas interacciones sociales. Las interacciones cotidianas, como saludar al camarero de tu cafetería habitual o sonreír a un corredor que pasa por la calle, te proporcionan pequeñas dosis de conexión y sentido de pertenencia. Las relaciones dan sentido a la vida: un propósito, una sensación de apoyo, seguridad y felicidad. Dedique tiempo a conectar con los demás más a menudo a lo largo del día, haciendo que su día y el de otra persona sean un poco más felices.