En colaboración

Desde que tengo uso de razón he practicado senderismo.

Empecé a una edad en la que puedo decir con seguridad que mi mochila era casi más grande que yo, y a partir de ahí no hizo más que crecer. Practiqué senderismo por la costa este de Australia con mi familia la mayoría de los veranos, celebré la finalización del instituto con un trekking de 5 días por las montañas de Tasmania, puse mis miras en el extranjero y exploré el Himalaya de Nepal, y pasé 5 semanas recorriendo España a pie por el Camino de Santiago. Cada día era un reto y cada día era increíble.

Pero entonces, a finales de mis 20 años, el senderismo desapareció de mi lista de prioridades. Me perdí en una apretada agenda de trabajo y una agitada vida social. Mi energía había decaído: me sentía perezosa, de mal humor y me faltaba concentración. Por suerte para mí, fue entonces cuando un dietista me recetó ‘tomar un baño de bosque’ para remediar mis problemas.

Una vez que empecé a investigar, el mensaje era claro: mi estrés diario había agotado mi batería y necesitaba una dosis de naturaleza.

Esto supuso un cambio profundo para mí. En todos mis años de senderismo, había dado por sentado su impacto en la creación de una salud mental y un bienestar positivos. La conexión entre ambos se convirtió en mi nueva obsesión, y tras volver a centrarme -gracias a Coast Track- pude recuperar mi energía.

He aquí los puntos destacados de la investigación que me resultaron más útiles en el camino:

Reducir los pensamientos negativos. Los estudios demuestran que tan sólo 90 minutos de paseo por la naturaleza pueden ayudar a combatir la depresión y mejorar la salud mental, y que se reduce la autoconversación negativa y repetitiva (un conocido factor predictivo de los episodios depresivos). Curiosamente, no se encontraron los mismos beneficios tras un paseo en un entorno urbano durante el mismo tiempo. (¡Así que sal ahí fuera!)

Reducir el estrés. Aunque la Asociación Americana de Salud Pública ha descubierto que estar en la naturaleza es suficiente para aumentar significativamente la relajación y, por tanto, aliviar el estrés por sí mismo, el senderismo combina una serie de potentes aliviadores del estrés que te llevan un paso más allá. - Desconexión: Es raro poder desconectar del todo en un entorno urbano, y la naturaleza remota del senderismo ofrece la oportunidad de desconectar de la tecnología. Pasar por encima de las raíces de los árboles y atravesar barrancos te obliga a ser consciente de lo que te rodea. - Tiempo para pensar: Más allá de la desconexión, el senderismo te proporciona tiempo sin un bombardeo de estímulos externos. Esto permite al cerebro ralentizarse, ganar perspectiva y disfrutar de un nuevo espacio mental. - El subidón de endorfinas: Las actividades aeróbicas, como caminar, ayudan a reducir el estrés al liberar las hormonas del bienestar: las endorfinas. Tan solo 20 minutos de ejercicio de intensidad moderada regulan el estrés al reforzar el sistema interno de gestión del estrés del organismo.

Aumentar la felicidad. Se ha comprobado que la felicidad es mayor en las personas rodeadas de vegetación y naturaleza que en las que viven en entornos urbanos. Este concepto no es nuevo, y en Japón se prescribe el Shinrin-yoku o ‘baño de bosque’ desde la década de 1980.

Los momentos más felices de mi vida han sido en los senderos. No es de extrañar, si tenemos en cuenta las investigaciones sobre los beneficios de la naturaleza y la actividad cardiovascular (por no hablar de la sensación de logro).

Hoy en día salgo al campo dos veces al mes, ya sea para dar un paseo de dos horas o para una excursión de tres días. Y aunque siempre me he centrado en los resultados físicos, el reto, la forma física y la superación de obstáculos, ahora también hago senderismo como una forma de meditación en movimiento.

No te asustes pensando que tienes que empezar a lo grande, simplemente sal ahí fuera. Es mi combustible para la felicidad. Y, con el enfoque adecuado, también puede ser el tuyo.

¿Nunca has hecho senderismo? Tómatelo con calma y sigue estas pautas básicas: - Dígale a alguien dónde va a estar: la seguridad es lo primero. - Nunca hagas senderismo solo. - Lleve agua en abundancia: la hidratación es fundamental. - Invierte en un par de calcetines de calidad: las ampollas son el enemigo.