Comprometerse con la salud -seguir una dieta nutritiva y mover el cuerpo con regularidad- es algo maravilloso. Pero a veces podemos caer en la trampa de centrarnos tanto en un objetivo de peso específico o en otro aspecto más superficial de lo que creemos que significa estar ‘en forma’ que acabamos perdiendo de vista nuestras intenciones originales de estar más sanos y felices con nuestro cuerpo. ¿Cómo podemos cambiar de perspectiva y dejar de fijarnos en el número que muestra la báscula para concentrarnos en la salud y el bienestar generales?

¿Y si el ejercicio se sintiera como una recompensa y no como una obligación? En los últimos 50 años, a medida que la industria del fitness ha ido creciendo, la palabra “ejercicio” se ha convertido casi en sinónimo de “castigo”. En el sector se ha desarrollado una cultura en la que el ejercicio se ha convertido en un castigo por no ser suficiente; por no estar lo suficientemente en forma, lo suficientemente fuerte, lo suficientemente delgado, lo suficientemente sexy, lo suficientemente pequeño, lo suficientemente grande... la lista es interminable y agotadora. Es hora de cambiar la narrativa. Si eres una de las muchas personas que se tragan el mensaje que intoxica la industria del fitness, es hora de reconocer que eres suficiente. Es hora de centrarse en la alegría del movimiento y en la increíble recompensa que se obtiene tanto durante como después del ejercicio.Porque el movimiento nos hace intrínsecamente personas más felices.No se puede negar que el ejercicio ayuda a reducir los sentimientos de ansiedad y depresión a la vez que aumenta los patrones de pensamiento positivo y la energía en general gracias a la liberación de serotonina, nuestra hormona natural de la “felicidad”. Esto debería ser motivo suficiente para considerar el ejercicio como una recompensa: nuestros cuerpos están hechos para moverse y prosperar cuando estamos activos.