¿Estás alimentando tus patrones de dolor?
Consejos para reducir el impacto del dolor crónico en el movimiento
7 de julio de 2023
Vivir con dolor crónico puede ser una experiencia desalentadora y abrumadora. No sólo afecta a nuestro bienestar físico, sino también a nuestra salud mental y a nuestra calidad de vida en general. Y si no somos diligentes, nuestro dolor puede agravarse por una mala gestión de factores tanto físicos como emocionales.
Por lo tanto, cuando nos enfrentamos a un dolor persistente, es esencial adoptar estrategias que nos ayuden a gestionar y reducir su impacto en nuestras actividades diarias. Exploremos cuatro consejos para minimizar el impacto del dolor crónico en tu capacidad para moverte y realizar las actividades que te gustan.
Manténgase activo
Contrariamente a lo que podría parecer intuitivo, Mantenerse físicamente activo es crucial para controlar el dolor crónico. El ejercicio regular ayuda a mejorar la fuerza, la flexibilidad y la resistencia, lo que puede aliviar los síntomas de dolor. El ejercicio también provoca la liberación de endorfinas, que ayudan a aliviar el dolor, reducir el estrés y mejorar el bienestar general. Un buen punto de partida son las actividades de bajo impacto, como caminar, nadar o montar en bicicleta, ya que proporcionan un movimiento suave sin sobrecargar el cuerpo. La paciencia es la clave para ir incorporando poco a poco los movimientos a tu vida. No sólo hay que dejar tiempo para que el cuerpo físico se adapte, sino también para que el cerebro comprenda que determinados movimientos son, de hecho, seguros. Mantener una actividad ligera y constante y permitir una recuperación adecuada puede ser beneficioso a la hora de reintroducir los movimientos. Reserva una sesión con un profesional sanitario para desarrollar un plan de ejercicios personalizado y adecuado para ti.
Contrariamente a lo que podría parecer intuitivo, Mantenerse físicamente activo es crucial para controlar el dolor crónico. El ejercicio regular ayuda a mejorar la fuerza, la flexibilidad y la resistencia, lo que puede aliviar los síntomas de dolor. El ejercicio también provoca la liberación de endorfinas, que ayudan a aliviar el dolor, reducir el estrés y mejorar el bienestar general. Un buen punto de partida son las actividades de bajo impacto, como caminar, nadar o montar en bicicleta, ya que proporcionan un movimiento suave sin sobrecargar el cuerpo. La paciencia es la clave para ir incorporando poco a poco los movimientos a tu vida. No sólo hay que dejar tiempo para que el cuerpo físico se adapte, sino también para que el cerebro comprenda que determinados movimientos son, de hecho, seguros. Mantener una actividad ligera y constante y permitir una recuperación adecuada puede ser beneficioso a la hora de reintroducir los movimientos. Reserva una sesión con un profesional sanitario para desarrollar un plan de ejercicios personalizado y adecuado para ti.
Salud mental
La mente y el cuerpo están íntimamente conectados, y esta conexión se hace evidente cuando consideramos la experiencia del dolor. Las emociones negativas, como el estrés, la ansiedad y la depresión, pueden aumentar la sensibilidad y la intensidad del dolor. Esto se debe a que el cerebro procesa las señales de dolor de forma diferente cuando se ve influido por la angustia emocional. Además, el dolor crónico puede provocar síntomas psicológicos, como depresión y ansiedad, creando un bucle de retroalimentación que continúa la experiencia del dolor. Por lo tanto, es crucial dar prioridad a la salud mental junto con las estrategias físicas para poner fin a este bucle de retroalimentación negativa.
Introduce técnicas para reducir el estrés como la respiración en caja, la meditación o el yoga para ayudar a calmar la mente y relajar el cuerpo. Y procure incluir actividades agradables y sin dolor en su semana, siempre que sea posible, para aumentar la felicidad y reducir la concentración en el dolor. Considera la posibilidad de acudir a terapia o asesoramiento para mejorar tu salud mental mientras te enfrentas al dolor crónico.
La mente y el cuerpo están íntimamente conectados, y esta conexión se hace evidente cuando consideramos la experiencia del dolor. Las emociones negativas, como el estrés, la ansiedad y la depresión, pueden aumentar la sensibilidad y la intensidad del dolor. Esto se debe a que el cerebro procesa las señales de dolor de forma diferente cuando se ve influido por la angustia emocional. Además, el dolor crónico puede provocar síntomas psicológicos, como depresión y ansiedad, creando un bucle de retroalimentación que continúa la experiencia del dolor. Por lo tanto, es crucial dar prioridad a la salud mental junto con las estrategias físicas para poner fin a este bucle de retroalimentación negativa.
Introduce técnicas para reducir el estrés como la respiración en caja, la meditación o el yoga para ayudar a calmar la mente y relajar el cuerpo. Y procure incluir actividades agradables y sin dolor en su semana, siempre que sea posible, para aumentar la felicidad y reducir la concentración en el dolor. Considera la posibilidad de acudir a terapia o asesoramiento para mejorar tu salud mental mientras te enfrentas al dolor crónico.
Desarrollar una comunidad de apoyo
Rodéese de una red de apoyo formada por familiares, amigos o grupos de apoyo que comprendan su dolor y puedan proporcionarle apoyo emocional. Compartir sus experiencias y preocupaciones con otras personas que puedan sentirse identificadas puede ser inmensamente beneficioso para aliviar los sentimientos de aislamiento y fomentar un sentimiento de pertenencia. Únete a un grupo de ejercicio o recluta a un compañero de entrenamiento para que el movimiento sea divertido y aleje la atención del dolor. Tanto la distracción como la conexión humana son grandes herramientas para reducir el dolor.
Rodéese de una red de apoyo formada por familiares, amigos o grupos de apoyo que comprendan su dolor y puedan proporcionarle apoyo emocional. Compartir sus experiencias y preocupaciones con otras personas que puedan sentirse identificadas puede ser inmensamente beneficioso para aliviar los sentimientos de aislamiento y fomentar un sentimiento de pertenencia. Únete a un grupo de ejercicio o recluta a un compañero de entrenamiento para que el movimiento sea divertido y aleje la atención del dolor. Tanto la distracción como la conexión humana son grandes herramientas para reducir el dolor.
Trabajar los patrones positivos del dolor
La forma en que percibimos y hablamos del dolor puede influir significativamente en nuestra experiencia. Adoptar mensajes positivos sobre el dolor implica cambiar nuestra mentalidad y reconocer el dolor como una señal y no como una limitación. Infórmese sobre su enfermedad y sobre cómo actúa el dolor en el organismo.
Comprender que el dolor no siempre equivale a daño y que puede estar influida por diversos factores, como las emociones, el estrés y las experiencias pasadas. Observa tus pensamientos sobre el dolor y cambia activamente la forma en que te hablas a ti mismo. Centrarse en la capacitación, la resiliencia, las posibilidades de mejora y la afirmación positiva.
Afrontar el dolor crónico requiere un enfoque integral que aborde tanto los aspectos físicos como emocionales de la afección. Mantenerse activo, conservar la salud mental, fomentar una comunidad de apoyo y trabajar con mensajes positivos sobre el dolor, puede reducir el impacto del dolor en su vida cotidiana. Tenga paciencia y persevere. Y asegúrate de encontrar profesionales sanitarios de calidad que puedan darte asesoramiento y apoyo personalizados. ¡Lo has conseguido!
La forma en que percibimos y hablamos del dolor puede influir significativamente en nuestra experiencia. Adoptar mensajes positivos sobre el dolor implica cambiar nuestra mentalidad y reconocer el dolor como una señal y no como una limitación. Infórmese sobre su enfermedad y sobre cómo actúa el dolor en el organismo.
Comprender que el dolor no siempre equivale a daño y que puede estar influida por diversos factores, como las emociones, el estrés y las experiencias pasadas. Observa tus pensamientos sobre el dolor y cambia activamente la forma en que te hablas a ti mismo. Centrarse en la capacitación, la resiliencia, las posibilidades de mejora y la afirmación positiva.
Afrontar el dolor crónico requiere un enfoque integral que aborde tanto los aspectos físicos como emocionales de la afección. Mantenerse activo, conservar la salud mental, fomentar una comunidad de apoyo y trabajar con mensajes positivos sobre el dolor, puede reducir el impacto del dolor en su vida cotidiana. Tenga paciencia y persevere. Y asegúrate de encontrar profesionales sanitarios de calidad que puedan darte asesoramiento y apoyo personalizados. ¡Lo has conseguido!
Hannah Porteous es entrenadora personal y coach de bienestar en Sídney (Australia). Es fundadora de la comunidad de mujeres #PARKSWEAT (www.parksweat.com) y de Sydney Trail Sisters (@sydney_trail_sisters).
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