Entrena regularmente. Para siempre.
Por qué entrenar con constancia cambia las reglas del juego.
1 de mayo de 2018
Somos el producto de lo que hacemos repetidamente. Por tanto, la excelencia no es un acto, sino un hábito.
Aristóteles
La coherencia es sin duda el aspecto más importante a la hora de generar un cambio positivo. El esfuerzo y la intensidad del entrenamiento no significan nada sin ella. Incluso un programa mal diseñado y ejecutado con regularidad progresará más que un programa eficaz practicado una vez a la semana. A menudo, la gente acumula horas de entrenamiento en un par de días y pasa la semana o las dos semanas siguientes sintiéndose demasiado dolorida y fatigada para volver a entrenar. Este enfoque de "todo o nada" requiere más esfuerzo, al tiempo que produce menos resultados en comparación con el entrenamiento regular.
Es cierto que un entrenamiento constante no siempre es fácil. Tendrás que entrenar los días que estés cansado, ocupado, de viaje, lesionado o desmotivado. Con demasiada frecuencia veo a gente a punto de abandonar porque la vida se interpone en su programa de entrenamiento. Las cosas no siempre salen según lo previsto, de hecho, a menudo no salen. A veces te pierdes una sesión. Algunos días no comes bien. Algunas sesiones te sientes débil. Todo esto forma parte de la vida y de cualquier entrenamiento físico normal. Ser capaz de abandonar el perfeccionismo es crucial para progresar positivamente. Porque algunos días también te sentirás fuerte, motivado y con energía.
En una sociedad en la que estamos acostumbrados a las cosas a la carta, puede resultar difícil comprender la realidad a largo plazo del desarrollo de una verdadera fuerza y forma física. La coherencia debe practicarse a pequeña escala, En el día a día para obtener resultados a largo plazo. Las soluciones rápidas y los entrenamientos y planes de moda suelen fracasar, lo que provoca agotamiento y sobreentrenamiento y debilita o lesiona.
Nuestros músculos necesitan estímulos regulares a lo largo del tiempo para adaptarse. El cuerpo humano está orientado a la supervivencia y, por lo tanto, no gasta energía en adaptarse a nada que sea pasajero. Por lo tanto, aunque una sola sesión de entrenamiento puede no tener mucho efecto, desafiar constantemente al cuerpo a través del entrenamiento obligará a que se produzcan adaptaciones en el tejido muscular y el sistema cardiovascular.
Así que la pregunta sigue siendo: ¿cuánto es suficiente? Aunque esto depende del objetivo, en general es 3 sesiones por semana para mejorar y 2 sesiones por semana para mantener. Si planificas tu semana con antelación para incluir esas tres sesiones como mínimo, te estarás preparando para el éxito.
Un entrenamiento constante tiene un importante efecto en el resto de tu vida. Los estudios han descubierto que el ejercicio es un hábito clave que puede definirse como un hábito que conduce al desarrollo de múltiples buenos hábitos. El entrenamiento regular desencadena una cadena de resultados positivos que facilitan llevar un estilo de vida saludable.
El entrenamiento ininterrumpido es agotador tanto para el cuerpo como para la mente. Por lo tanto, dedica tiempo a entender cuáles son los obstáculos que te impiden entrenar de forma constante o qué es lo que dificulta tu rutina. Comprender las situaciones que a veces le hacen tropezar le ayudará a planificar una solución.
Echa un vistazo a estas barreras comunes para empezar:
1. Viaje. Olvídese de la idea de que sólo se puede entrenar en un gimnasio. Los ejercicios con el peso del cuerpo pueden adaptarse a cualquier parque o habitación de hotel mientras estás de viaje. Correr, nadar y montar en bicicleta son formas estupendas de mantenerte en forma mientras viajas y pueden añadir un elemento diferente a la exploración de una nueva ciudad.
2. El tiempo. Si no estás preparado para entrenar bajo la lluvia, ten siempre una opción para tiempo húmedo.
3. Escasa motivación. Asegúrese de comprender qué le impulsa a entrenar. Fíjate objetivos significativos y asegúrate de saber tu ‘por qué’. Reclutar compañeros de entrenamiento, unirse a una comunidad activa o contratar a un entrenador es una forma estupenda de rendir cuentas y mantener la motivación si no consigues tus objetivos.
4. Vida social ajetreada. Adapta tu vida social para apoyar y no sabotear tus objetivos de salud y forma física. Si tus amigos no están de acuerdo con tus objetivos, busca una comunidad para que tu entrenamiento sea social.
5. Horario de trabajo exigente. Póngase usted primero. Deja atrás la avalancha de correos electrónicos y aléjate de tu escritorio. Como hábito clave, se ha demostrado que el ejercicio constante mejora la productividad, la concentración, la energía y la positividad en el entorno laboral.
6. Lesión. Aunque las lesiones requieren reposo, a veces las personas se encuentran con que una lesión frena por completo su entrenamiento. Intenta realizar los ejercicios de rehabilitación necesarios para la zona lesionada mientras mantienes activas otras zonas del cuerpo.
Con todo esto en mente, saca tiempo para entrenar con regularidad, para siempre. Prepárate para ser flexible en cuanto a dónde y cómo entrenar. Prepárate para los días en los que no te sientas con fuerzas, sabiendo que tus esfuerzos están dando sus frutos a largo plazo.
Hannah Porteous es entrenadora personal y coach de bienestar en Sídney (Australia). Es fundadora de la comunidad de mujeres #PARKSWEAT (www.parksweat.com) y de Sydney Trail Sisters (@sydney_trail_sisters).
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