¿Consigues los objetivos que te propones? Si aún no te has tomado el tiempo de pensar en ello, tómatelo ahora.
No en vano, los propósitos de Año Nuevo más comunes suelen inspirarse en una vida más sana. En 2015, los propósitos más comunes fueron mantenerse en forma y sano, perder peso y disfrutar de la vida al máximo. ¿Te suena de algo?
¿Cómo sabes si, de hecho, ¿disfrutó de la vida al máximo o se mantuvo en forma y sano? Estas amplias declaraciones dan paso a amplios planes de acción y resultados aún más dispersos. El problema con estos propósitos tradicionales es que no siguen las reglas de oro de la fijación de objetivos, que establecen que un objetivo debe ser específicos, mensurables, alcanzables, realistas y oportunos (SMART). No es de extrañar que los estudios hayan revelado que tan sólo el 8 % de las personas que hacen propósitos de Año Nuevo los cumplen realmente.
Los propósitos suelen fracasar porque el cambio de comportamiento se basa en un año natural y no en un verdadero deseo de cambiar la situación. Intentar cambiar un comportamiento antes de estar mentalmente preparado para el cambio suele ser inútil.
El ejemplo más común de esto es la importante afluencia de inscritos al gimnasio en enero: la gente acude en masa a su gimnasio local durante unos 6 meses, y eso siendo generosos.
¿Estás preparado para el cambio? Utiliza el 5 etapas del cambio a continuación para determinar si ha llegado el momento de actuar.
- Precontemplación - “No estoy preparado”
Ni siquiera pensar en tomar medidas en un futuro previsible y no ser consciente de que el comportamiento puede ser problemático.
- Contemplación “ Prepararse”
Dispuestos a considerar la posibilidad del cambio, sin embargo, en la valla. Considerarán los pros y los contras de sus acciones.
- Preparación “Listo”
Tener la intención de hacer un cambio en un futuro próximo y empezar a hacer pequeños cambios de comportamiento.
- Acción
Hicieron una modificación clara y visible de su comportamiento para crear un cambio saludable.
- Mantenimiento
Son capaces de mantener el cambio durante al menos seis meses y trabajan para evitar volver a los hábitos anteriores.
Tradicionalmente, las resoluciones de Año Nuevo basadas en la salud tienden a jugar con la mentalidad de desintoxicación/retoxicación que traza un camino rápido al fracaso. No se engañe pensando que está en la fase 3, listo para cambiar sólo porque es 1 de enero. Puede que estés listo en marzo o septiembre de este año, así que dejemos a un lado la terminología clásica. En su lugar, centrémonos en la fijación de objetivos.
Se ha descubierto que tienes 43 % más probabilidades de alcanzar tus objetivos y sueños si los escribes con regularidad. Una cifra que aumenta cuando das un paso más y compartes tus objetivos verbalmente con un amigo. Pero este compromiso tiene que ir seguido de la acción.
Escribe tu objetivo. Es la acción más sencilla que puedes emprender. Pégalo en tu pared, cuéntaselo a tus amigos, a tu familia y a cualquiera que quiera escucharte. Asegúrate de que el objetivo sigue la fórmula SMART, por ejemplo, en lugar de escribir “mantenerme en forma y sano”, escribirías “para el 30 de junio de 2018, seré capaz de hacer 10 flexiones de mentón con el peso del cuerpo y habré completado el maratón de Sídney”.
Divida su objetivo en ‘turnos’ diarios. Un cambio es un cambio de comportamiento pequeño y manejable que, combinado con el tiempo, te lleva a alcanzar tu objetivo. Un cambio es diferente de un objetivo porque no tiene necesariamente un punto final, pero debe poder medirse. Por eso es una herramienta tan eficaz para el cambio de comportamiento. Y aunque no ofrece la solución rápida que la gente suele buscar, es un enfoque mucho más eficaz y sostenible para crear un cambio saludable.
Ejemplo: “Me levantaré de la cama todos los días de este mes antes de las 7 de la mañana” o “Iré al gimnasio 3 veces esta semana”.
Por centrarse en un resultado diario o semanal y crear hábitos saludables, los grandes objetivos parecen mucho menos intimidantes y, de hecho, se convierten en algo muy factible.
Y por último:
- Manténgase centrado comprendiendo lo que le motiva. Si no reconoces la necesidad de cambiar o no conectas con tu ‘por qué’, la acción diaria se convierte en una tarea tediosa.
- Sigue tus progresos. Se dice que lo que se mide, se hace. Midiendo tus progresos estarás más centrado y serás más consciente del impacto de tus acciones.
- Pasar tiempo con personas que ya han hecho el cambio.
Así que si te sientes frustrado, es hora de que te animes. Estás preparado para cambiar. Fija tus objetivos, comprométete con esos cambios - y decídete a cambiar tu vida de una forma que realmente se mantenga.
Hannah Porteous es entrenadora personal y coach de bienestar en Sídney (Australia). Es fundadora de la comunidad de mujeres #PARKSWEAT (www.parksweat.com) y de Sydney Trail Sisters (@sydney_trail_sisters).
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