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"No puedes controlarlo todo, sólo cómo respondes a ello".

Colin Jackson y Jonathan Edwards: dos campeones del fracaso, la plenitud y la superación.
6 de agosto de 2025
El 7 de agosto de 1995, Jonathan Edwards saltó más lejos que ningún ser humano antes y después. En los Campeonatos del Mundo de Gotemburgo, se convirtió en el primer saltador de triple en superar la barrera de los 18 metros. Su salto de 18,29 metros sigue vigente: uno de los récords más duraderos del deporte y un símbolo de precisión y maestría.
An la sede de PUMA en Herzogenaurach, Edwards se reunió con Colin Jackson, antiguo compañero de equipo, rival y amigo. Jackson dominó los 110 metros vallas durante más de una década: bicampeón del mundo, medalla de plata olímpica y plusmarquista mundial durante más de diez años.

Ambos llegaron a lo más alto, y ambos saben lo que se siente al quedarse cortos. ¿Qué queda después de haberlo conseguido todo? Una conversación sobre la resistencia, la identidad y cómo vivir con la victoria y lo que viene después.
Jonathan, Colin, ¿cuáles son sus mejores recuerdos de aquella época? ¿Qué momentos se les quedaron grabados?Colin Jackson: La pista. Ahí es donde ocurrió todo. Los Juegos Olímpicos de 1992 -estaba en plena forma, era el favorito- y no gané. Aquello me sacudió. Pero me formó. Tuve que aprender que el éxito nunca está garantizado. Y que no hay que definirse por el oro. El deporte no es amable, pero es honesto. Si aprendes a afrontarlo, aprendes a afrontar la vida.

Jonathan Edwards: Los momentos más formativos vinieron del atletismo. Durante mi carrera, yo funcionaba. Hoy veo que esas experiencias me formaron en todos los sentidos. El deporte era un acelerador: todo sucedía condensado, sin protección. Emociones, expectativas, fracaso, éxito: no podías ocultar nada. Si lo superas, sales fortalecido.

"No nací resiliente. Me hice resiliente".

Jonathan Edwards
¿La resiliencia es algo con lo que se nace o algo que hay que aprender?Colin: Creo que traes contigo cierta estabilidad básica. Pero eso solo no basta. Te ponen a prueba una y otra vez. Sólo entonces descubres si eres realmente resistente: si te levantas tras una derrota, si sigues adelante después de una lesión, si sigues creyendo en ti mismo cuando otros no lo hacen. El deporte no es justo. Tampoco lo es la vida. La resistencia no es un superpoder, es una mentalidad.

Jonathan: La resiliencia se ha convertido en una palabra de moda. Antes, la gente se limitaba a decir: "Sigue adelante". Pero detrás de eso hay un sistema de valores: no rendirse, volver a levantarse, ayudar a los demás, seguir adelante, incluso cuando duele. Y no es algo que se construye solo. Crece a través de la conexión, a través de la comunidad. Mirando atrás, diría: No nací resiliente. Me hice resiliente.
Cuando echa la vista atrás, ¿recuerda más los mejores momentos o el trabajo duro?Colin: El trabajo duro fue la base, pero mirando atrás, son los momentos en los que todo encaja los que se quedan conmigo. Cuando tu cuerpo responde, tu mente está en calma, tu ritmo es el correcto. Son fracciones de segundo, pero inolvidables. El camino era brutal. A veces corría solo por la nieve en Cardiff. Pero lo haces por ese momento. Y cuando llega, el dolor desaparece.

Jonathan: Recuerdo ambas cosas, pero de forma diferente. Los momentos culminantes son como faros: mi récord mundial, la medalla de oro. Pero el trabajo que hay detrás es el suelo que pisas. Y a veces lo echo de menos. La claridad. La sencillez de ser atleta, sin caos ni sobrecarga. Ahora la vida es más compleja. Entonces, todo consistía en concentrarse, filtrar, mantener el rumbo.

"La pista es honesta. Si puedes con el deporte, puedes con la vida".

Colin Jackson
¿Qué importaba más: la disciplina o la capacidad de adaptación? ¿Y cómo conseguisteis seguir motivándoos?Jonathan: Era muy disciplinada, pero sin adaptabilidad no lo habría conseguido. El cuerpo cambia. La técnica evoluciona. Tú cambias y tienes que adaptar constantemente tu entrenamiento. Lo que me motivaba nunca era pensar en las medallas, sino el afán de superación.

Colin: Para mí, era la disciplina. Era muy estructurado: rutinas fijas, poco margen de maniobra. No creo en la motivación como requisito previo, sino en la preparación. Si tenía que estar en la pista a las 7:30, estaba allí a las 7:20. Siempre. Siempre. Pero también lo sabía: no puedes controlarlo todo, y ahí es donde entra en juego la adaptabilidad. Si tu cuerpo no coopera, tienes que adaptarte.
¿Cuál fue la fase más dura de su carrera, física o mentalmente? ¿Qué le ayudó a superarla?Colin: La mente era el mayor oponente. A veces estaba físicamente en mi mejor momento, pero emocionalmente agotado. Te entrenas como un loco, rindes muy bien en los entrenamientos... y luego llega la gran carrera y no puedes rendir. Lo que me mantuvo en pie fue mi rutina.

Jonathan: A menudo me ponía muy nervioso antes de las competiciones. Esa voz interior diciendo: No eres lo suficientemente bueno. Vas a fracasar. Nunca pensé: Voy a ganar. Pero con el tiempo aprendí que esos pensamientos forman parte de mí, no son mis enemigos. Y lo supe: cuando esté al final de la pista, cumpliré. El momento en sí solía ser muy claro.
¿Su retirada del deporte de competición fue una ruptura definitiva o más bien una transición gradual? ¿Fue difícil dejarlo?Colin: Para el mundo exterior, parecía una ruptura limpia. Yo seguía compitiendo en el verano de 2002 y, de repente, me planté en la pista con un micrófono, mientras Jonathan seguía saltando. Recuerdo claramente ese momento: traje, micrófono... pero por dentro, era un proceso. La identidad que has construido durante décadas no desaparece de la noche a la mañana. Algunos días, sólo deseaba volver a entrenar. Sin micrófono, sin medios de comunicación, sin dudas.

Jonathan: Me siento muy identificada. Tenía 37 años, lo había conseguido todo y una lesión me dijo: se acabó. Pensaba seguir hasta 2004. Lo que me ayudó fue la perspectiva: la BBC mostró interés, yo podía seguir en el juego, sólo que en un papel diferente. Luego llegó la candidatura olímpica de Londres. No caí en un agujero, y estoy agradecido por ello. Pero sí, de repente se hizo el silencio. Tuve que acostumbrarme a vivir con menos adrenalina.
¿Sintieron la necesidad de reinventarse después de sus carreras, o fueron capaces de trasladar sus puntos fuertes al siguiente capítulo?Colin: Un poco de ambas cosas. Me llevé mucho conmigo: disciplina, estructura, preparación. Pero tuve que adquirir nuevas habilidades. Por ejemplo, hablar ante grandes audiencias. Hablar libremente, sin guión, delante de las cámaras. Yo era un atleta, no un orador. Tuve que aprenderlo desde cero. Si quieres algo nuevo, tienes que evolucionar.

Jonathan: Como atleta, estás constantemente perfeccionándote: escuchando a los entrenadores, analizando la técnica, trabajando en los detalles. Llevaba conmigo esa mentalidad, la de no saberlo todo, pero estar dispuesto a aprender. Nunca sentí que tuviera que reinventarme. Era más bien: ahora puedo mostrar una faceta diferente de lo que ya llevo dentro.
Gracias, Jonathan y Colin, por dedicarnos vuestro tiempo y compartir vuestras historias con nosotros.

Conoce a las leyendas

Nacido en 1966 en Londres y criado en Devon en el seno de una familia profundamente religiosa, Jonathan Edwards se convirtió en un icono del triple salto. En 1995, se convirtió en el primer hombre en superar legalmente la barrera de los 18 metros, un récord mundial que sigue vigente. Como miembro clave de los "Cuatro Fantásticos" británicos, definió una época. Edwards vive ahora cerca de Newcastle con su familia y trabaja como presentador de la BBC y asesor de organizaciones deportivas.
Nacido en 1967 en Cardiff, Colin Jackson formó parte de los legendarios "Cuatro Fantásticos", la generación de oro del atletismo británico en la década de 1990. Dominó los 110 metros vallas, se proclamó campeón del mundo en dos ocasiones y ostentó el récord mundial durante más de una década. Años después de retirarse, declaró públicamente su homosexualidad, y desde entonces se ha convertido en una voz destacada en los medios de comunicación y en la vida pública. Jackson vive en Londres y trabaja como experto en televisión y conferenciante motivacional.

¿Quiere conocer más historias legendarias?

Sintoniza el último podcast de PUMA Go Wild con la leyenda olímpica Jonathan Edwards, que nos cuenta la historia de su récord mundial de triple salto, que aún no ha batido, y la mentalidad que le llevó hasta allí ⬇️.



Go Wild Podcast | Ep.8 Jonathan Edwards: Es genial estar en mi lecho de muerte y aún tener el récord...

De un pueblo costero de Devon a la cima del atletismo mundial, Jonathan Edwards, embajador de PUMA y plusmarquista olímpico de triple salto, tomó un camino insólito hacia la grandeza. En Go Wild, reflexiona sobre su tardía madurez, su fe en sí mismo y la técnica que le diferenció de los mejores del mundo. Es una historia de perseverancia, precisión y los sorprendentes momentos salvajes que se esconden tras un récord que se mantiene desde hace casi 30 años. #PUMA #GoWild

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