Claro que es agradable estar conectado digitalmente con tus amigos, ponerte al día con la familia cuando estás lejos de casa y estar disponible en todo momento si tu trabajo te obliga a ello. Por desgracia, estar siempre conectado tiene efectos secundarios graves.

La digitalización, la creciente integración de los dispositivos digitales en nuestra vida personal y profesional, ya no es noticia. Términos como “nativo digital”, es una etiqueta que se utiliza para aquellos que crecieron durante la transición digital. Y para muchos, el mundo digital en el que vivimos ahora parece algo natural. Pero también hay que tener en cuenta los riesgos potenciales de una sociedad cada vez más digitalizada.

En 2016, el Centro de Discapacidad e Integración de la Universidad de St. Gallen realizó un estudio que explora los efectos de la digitalización en los profesionales. Según el estudio, la continua digitalización del mundo laboral está acompañado de una serie de retos, Entre ellos, problemas para conciliar el sueño, dolores de cabeza y agotamiento emocional. “El estudio también muestra que el riesgo de un posible agotamiento se amplía con el uso cada vez mayor de dispositivos tecnológicos -como teléfonos inteligentes u ordenadores portátiles- fuera del trabajo”, explica el Prof. Dr. Stephan Alexander Böhm, uno de los principales autores del estudio.

No es de extrañar que cada vez haya más gente que se cuestione la necesidad de estar siempre conectada. Quienes buscan descansar de sus dispositivos técnicos entran en “desintoxicación digital“desintoxicación digital: una tendencia en la que se deja de revisar constantemente el teléfono y la bandeja de entrada. En una sociedad que parece moverse a un ritmo tan rápido, la desintoxicación digital está ganando cada vez más adeptos. La filosofía de la desintoxicación digital no consiste en prescindir por completo de los dispositivos digitales. reflejar conscientemente su “comportamiento digital” y aprende a escuchar tu cuerpo y tus necesidades.

Irónicamente, una aplicación ofrece ayuda: “Manchas blancas” promete una “viaje a los confines de internet”. Puede navegar por el mapamundi de los “White Spots” en un entorno de 360 grados para explorar lugares fuera de la red o “viajar del mundo online al offline en Realidad Virtual”. Los "White Spots" son lugares donde no hay teléfono ni conexión a Internet. El proyecto multimedia colaborativo del diseñador de información Richard Vijgen, la documentalista Bregtje van der Haak y la artista visual Jacqueline Hassink muestra las fronteras del mundo conectado. Por ejemplo, de Berlín/Alemania al siguiente punto blanco hay 168 kilómetros.“White Spots” también ofrece historias intrigantes sobre personas de todo el mundo que viven sin conectividad. El escritor armenio Aram Pachyan, por ejemplo, se deshizo de su teléfono y ahora escribe sus historias en una máquina de escribir de la vieja escuela.

Para ceder al impulso de alejarse de vez en cuando de la tecnología, Seymour+ ofrece en París el llamado spa mental. Un lugar donde, según Seymour+, “se puede desconectar para volver a conectar con uno mismo“. El espacio, de 230 metros cuadrados, ofrece una zona de tranquilidad libre de tecnología y se supone que nutre tu salud mental y física.

Pero, ¿y si el tiempo no le permite viajar más allá de las fronteras de Internet o de París? Estos trucos cotidianos de “terapeuta digital” Anitra Eggler puede ser la respuesta. Tras haber trabajado en un puesto directivo en el que asesoraba a empresas sobre su transformación digital, Eggler ayuda ahora a personas con “desintoxicación digital”.

#1 Empezar sin conexión Rompe con los rituales reactivos. No mires el móvil antes de levantarte y desayunar. #2 Horario de apertura del correo electrónico Pruebe a abrir sus correos en diferentes horarios. Por ejemplo, a las 11 y a las 4. Requisito para el éxito: comunique esos horarios abiertamente. A través de la firma, la página web, las tarjetas de visita, en los membretes o simplemente personalmente. #3 Modo silencioso Pon tu teléfono en modo silencio. No vibración. Silencio. O apagado. Todo lo demás es autoengaño.

Una buena forma de empezar poco a poco la desintoxicación digital es con un día sin digital. Pero ten en cuenta que incluso un solo día “libre” no es fácil y debe planificarse y programarse. Mejor hacerlo un sábado o un domingo. Al fin y al cabo, los correos electrónicos, las llamadas y el fácil acceso a Internet son cruciales para dominar nuestro trabajo diario y nuestra vida privada. Informa a tus amigos y familiares para que no tengan que preocuparse y se ocupen de los asuntos importantes de antemano. Si un día te parece demasiado extremo, ¿por qué no empiezas probando con un par de horas sin conexión digital antes de acostarte o después de levantarte?.

¿Está deseando desconectar y recargar pilas? Viaja fuera de la red y pon en marcha un reinicio para tu cuerpo, mente y alma. Sólo asegúrate de seguir una sencilla regla: olvídate del “FOMO” - el miedo a perderse algo. Desconéctese. De lo contrario, podrías estar perdiéndote lo esencial.

 

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