El otoño es temporada de calabazas. Esta hortaliza (o fruta, técnicamente) de color amarillo anaranjado no sólo es baja en calorías, sino también rica en vitaminas antioxidantes, y resulta estupenda en sopas y guisos, currys, ensaladas o tartas. Para esta receta, convertimos la calabaza en patatas fritas: máximo sabor con sólo un puñado de ingredientes. Estas patatas fritas de calabaza podrían ser su nuevo acompañamiento para el otoño.
LO QUE NECESITA (PARA 4 PERSONAS):
1 calabaza Hokkaido (aproximadamente 1 kg)
1 cucharada de aceite de oliva
½ cucharadita de sal
Un chorrito de sirope de arce, sirope de agave o miel
Opcional: condimentos adicionales como pimentón o curry en polvo
CÓMO PREPARARSE:
- Precalentar el horno a 220°C y colocar papel pergamino en una bandeja para hornear.
- Lavar bien el Hokkaido con agua tibia. Córtela por la mitad y sáquele las semillas (¡la cáscara es comestible!). Corta las mitades de calabaza en palitos finos, como patatas fritas curvadas.
- Poner los palitos de calabaza en un bol. Añade el aceite, la sal y el edulcorante y remueve hasta que queden uniformemente cubiertos.
- Coloca los palitos de Hokkaido en la bandeja y hornéalos durante unos 30 minutos, dándoles la vuelta cuando estén crujientes por un lado. Sirve las patatas fritas de calabaza con hummus, ketchup de la vieja escuela, alioli o cualquier salsa de tu elección.
Valor nutricional por ración:
120 calorías, 2 g de proteínas, 22 g de carbohidratos, 4 g de grasa
Imagen de Christian-Fischer/Shutterstock
Es bueno saberlo
El intenso color naranja de la calabaza Hokkaido procede del pigmento vegetal betacaroteno, también presente en otras verduras y frutas como el boniato o la zanahoria. Nuestro cuerpo convierte el betacaroteno en vitamina A, un antioxidante y nutriente esencial. La vitamina A contribuye, entre otras cosas, a la salud de la vista y la piel y refuerza el sistema inmunitario.
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