Correr en invierno no es para los débiles de corazón. El viento helado en la cara, las condiciones resbaladizas y la oscuridad envolvente de la estación invernal... todo ello puede hacer que quedarse en casa y saltarse el footing resulte muy tentador. Sin embargo, correr en invierno y, en general, hacer ejercicio en climas fríos, puede ser muy beneficioso para el cuerpo y la mente. Hemos reunido algunos trucos para aumentar tu motivación y hacer más llevaderas esas gélidas carreras invernales.
¿Por qué deberías hacer cardio en tiempo frío?
Correr es la actividad cardiovascular por excelencia. Se recomienda a los adultos realizar unos 150 minutos de actividad aeróbica moderadamente intensa a la semana y sobre todo teniendo en cuenta que últimamente muchos de nosotros pasamos mucho más tiempo estáticos y en espacios cerrados, hacer un par de footings gélidos a la semana es un regalo para el corazón y los pulmones. Cuando hace mucho frío, el corazón tiene que trabajar más para mantener el calor y aportar oxígeno al cuerpo, lo que significa que Las carreras de invierno fortalecen el sistema cardiovascular, queman más calorías y estimulan el metabolismo.
Uno de nuestros mayores retos para mantenernos activos en invierno no es físico, sino mental. Superar la voz interior que nos susurra que deberíamos quedarnos en el sofá en lugar de movernos un poco fortalece nuestra fuerza mental, nuestra determinación y nuestra perseverancia. Nada te hará sentir más invencible que enfrentarte a los elementos (y el subidón de endorfinas tampoco está nada mal).
Especialmente en estos tiempos difíciles, respirar suficiente aire fresco, tomar el sol y moverse es vital para mantenerse mentalmente sano. y combatir la depresión estacional y otras afecciones mentales derivadas del sedentarismo en espacios cerrados.
Los mejores consejos
- Escucha a tu corazón, literalmente. En lugar de forzarte a seguir tu ritmo de carrera habitual, intenta sintonizar con tu frecuencia cardiaca y el esfuerzo percibido, con el objetivo de mantenerse en una zona de trabajo constante.
- Esté atento a las previsiones y prepárese en consecuencia. La nieve intensa o la lluvia helada pueden afectar a la seguridad de tu recorrido y a tu forma de vestir, así que es mejor que echar un vistazo a las predicciones de antemano.
- En este caso, la moda importa. Si llueve, no puede faltar un sombrero con visera y una chaqueta impermeable. Si hace más frío y hay más hielo, hay que abrigarse bien. Un equipo de calidad te ayudará mucho a mantenerte contento y a correr con constancia.
- Una buena regla general es vestirse para una temperatura de unos De 10 a 20 grados centígrados más cálido que en el exterior para tener en cuenta el aumento de la temperatura corporal y evitar el sobrecalentamiento. Y no olvides el factor de sensación térmica: haz tus cálculos basándote en la temperatura que ‘parece’ que vas a tener y no en la real.
- Intenta planificar tu ruta con el viento a tu favor. Empieza saliendo con el viento en contra, para que sea al volver a casa cuando estés calentito y sudoroso.
- Siempre que sea posible, intenta encontrar ropa reflectante para correr para mantenerse a salvo incluso con luz diurna limitada.
- Los primeros 10 minutos son los más difíciles. Si eres capaz de vestirte, salir a la calle y moverte, pronto te darás las gracias y te alegrarás de haberlo hecho.
- Invierte en tacos u orugas para correr sobre hielo.
- Quítate la ropa fría y sudada lo antes posible después de correr. A continuación, tómate tu tiempo para estirar el cuerpo con cuidado, que puede estar más tensa de lo habitual debido al frío.
- Mantenerse hidratado es importante tanto en verano como en invierno. Termina tu entrenamiento con una bebida caliente o un humeante plato de sopa para reponerte.
Lista de control de la ropa
Puede que necesites algo de práctica para descubrir qué capas te van bien. Intenta encontrar el punto óptimo entre no pasar demasiado frío al empezar y adaptarse al aumento de la temperatura corporal. Evite las capas demasiado abultadas o voluminosas y céntrese en las extremidades, que pueden necesitar más calor que el núcleo, que se calienta rápidamente. Una lista de control básica:
- Cubrirse la cabeza con un gorro ligero, una gorra o una cinta.
- Los guantes o manoplas para correr son imprescindibles.
- Cubierta facial - dependiendo de las condiciones, una máscara o una polaina para el cuello pueden ser de gran ayuda.
- Capa base - algo de manga larga y ligero de un tejido como la lana o una mezcla de poliéster que te mantenga caliente pero que no permanezca húmedo sobre tu piel.
- Pullover, sudadera con capucha o jersey - encima de tu capa base para un calor extra.
- Chaqueta para correr - depende de tus necesidades, pero no puede ir mal con resistente al viento y resistente al agua.
- Mallas o pantalones para correr, especialmente con forro polar. Si hace mucho frío, prueba a ponerte las mallas debajo de los pantalones.
- Calcetines - evitar el algodón y elige un material que evacue el sudor y mantenga tus pies secos y calientes.
- Zapatillas de correr - lo suficientemente grandes para que quepan calcetines más gruesos, con buena tracción para evitar resbalones.
Precauciones
La combinación de aire frío y seco y actividades de resistencia puede suponer un esfuerzo adicional para su sistema respiratorio, por lo que debe tenerlo en cuenta especialmente si tiene problemas preexistentes con las vías respiratorias. Asimismo, el ejercicio en tiempo frío puede sobrecargar el sistema cardiovascular, lo que puede ser peligroso para quienes padecen enfermedades cardiacas u otros problemas de salud.
Conclusión
En invierno, los senderos están más vacíos y tranquilos, y los beneficios para la salud del ejercicio al aire libre son abundantes. Pon a tope tu lista de reproducción favorita y prepárate para correr cuando haga frío. Entrenar en invierno se convierte en resultados en verano, así que abraza el aire gélido y ponte en marcha: tu cuerpo y tu mente te agradecerán el esfuerzo.
¡A correr!
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